Después de 90 minutos insípidos, llegó un descuento de locura. El Atlético se adelantó en el 91, pero poco después empató el Oporto tras un absurdo penalti. Y en el 101, cuando el duelo parecía abocado al empate, como el año pasado, Griezmann apareció para desatar la locura en el Metropolitano y darle tres puntos de oro a los colchoneros (2-1).

Como se preveía, el Atlético se encontró con muchas complicaciones para desarbolar al Oporto. Lo intentó en una salida con ritmo para hacerse con el mando, pero le faltó precisión en los metros finales, sobre todo con sus dos carrileros, Nahuel Molina y Carrasco.

Lewandowski firma un triplete y lidera una fiesta del gol a la que también se sumaron Frank Kessié y Ferran Torres

Los locales no pudieron encontrar a Morata, mientras que a Joao Felix le faltó esa regularidad que le pide el Cholo.

Las ocasiones tuvieron solo una dirección, la portería de Oblak, que tuvo que meter una buena mano a un tiro de Eustáquio, que poco después amenazó de la misma manera. Joao Mario estuvo a punto de sorprender con una llegada al segundo palo que no pilló desprevenido al arquero.

El Atlético y Simeone habían perdido un tanto el rumbo. El argentino había cambiado a defensa de cuatro y tuvo que meter a otro defensa, Hermoso, para recuperar los tres centrales. El público mostró su enfado con el cambio de Joao.

Todo parecía encaminado a un nuevo 0-0, como el del año pasado. Pero entonces, apareció Mario Hermoso, protagonista hace unas semanas por enfrentarse a dos aficionados que le insultaron, y parecía que su gol daría la victoria.

Sin embargo, el propio central sería poco después el protagonista de una inoportuna mano en su área que permitía a Uribe empatar a los visitantes. Pero el partido aún guardaba más emociones: Griezmann, en un saque de esquina, resolvió en el segundo palo.